CAPITULO 12
12/11/19
Durante el transcurso de los días hemos trabajado y hablado acerca de la
animación sociocultural y de sus características con respecto a la sociedad en
su conjunto.
Cuando hablamos de animación sociocultural nos viene un primer pensamiento
sobre el conjunto social al que puede ir dirigida, sin embargo, ese colectivo
no es el de las personas mayores.
Trabajamos cultura, actividades de ocio, así como dinámicas que en
ocasiones podemos llegar a pensar que no es algo adecuado para una persona de
tercera edad, dado que es un colectivo que tiene más probabilidades de
presentar dificultades en la ejecución de tales actividades.
No obstante, una de las características de la animación sociocultural y que
define su esencia es la participación social, independientemente de la edad o
las cualidades físicas. El objetivo principal de la animación es acercar la
cultura a todas aquellas personas posibles para formar sociedad, unida e independiente.
Por ello, existen multitud de dinámicas orientadas a las personas mayores. Esta
perspectiva desde la animación sociocultural se enfoca, mayoritariamente, hacia
actividades sensorio-motrices, como es el baile, la música y el teatro.
Hoy en día un mal que nos acecha es la soledad, más marcada en aquellas
personas que se encuentran en la etapa final del ciclo vital. De este modo la participación
se convierte en un objetivo principal por el cual deben orientarse el trabajo
desde la animación.
Necesitamos
demostrar que las personas mayores todavía pueden seguir aportando a nuestra
sociedad, no siendo la edad un impedimento.
Finalmente hacer mención a los centros especializados y orientados a las
personas mayores como son los centros de día o la universidad popular, que
permiten acercar la cultura de una manera más fácil y cómoda, pero siempre
considerados como elementos para “distraer” a los mayores y no como un servicio
para promover la autonomía a través de la participación y la colaboración.
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