CAPITULO 2

17/09/2019

En el día de hoy comenzamos la sesión “rompiendo el hielo” como la semana pasada, mediante el juego de pasar la energía. En esta ocasión el ejercicio presenta mayor fluidez y casi no existen fallos en el entendimiento entre miradas. 

En segundo lugar seguimos aprendiendo técnicas y herramientas de presentación útiles para nuestro quehacer. De este modo el ejercicio que se presenta consiste en hinchar un globo y escribir tres cosas:

1. Una manía que creas que solamente posees tú. 
2. Un sueño. 
3. Una frase que digas a menudo. 

Tras haber rellenado tu globo con los datos, comenzamos a andar dándole pequeños golpes, mezclándonos entre los compañeros. A la señal, ha de lanzarse el globo con una mayor fuerza y recoger el globo de otra persona, la cual no sabremos quién es. 

Continuamos andando observando tanto al globo como a los compañeros, pensando quién de todos ellos puede ser su propietario. 

Finalmente nos sentamos con el globo ajeno e intentamos adivinar a quién pertenece. Muchos de nosotros hemos acertado pero obviamente, muchos otros no dado que a aparte de que no nos conocemos todos,  somos un grupo muy numeroso. 

La segunda parte de la sesión se basa en una reflexión colectiva sobre la lectura del artículo de Barrado, La animación sociocultural, un esfuerzo de aclaración.

En este artículo se explica de manera más profunda qué es la animación sociocultural, y para ello hace una contrastación entre lo que no es y las características de la misma. 

Como tarea del día anterior, debíamos buscar y señalar alguna frase del texto que nos llamase la atención, ya fuera de manera negativa como positiva, y ponerla en común con el resto de compañeros. 

Muchas de las frases han coincidido, por lo que se ha podido compartir diferentes puntos de vista sobre un mismo tema y adquirir nuevos conocimientos a raíz de frases que no hemos seleccionado pero que otros compañeros han comentado. 

También se ha hecho referencia al término de “cultura”, un término que en un primer momento pensamos que conocemos pero que en muchas ocasiones asimilamos su significado ilustrado o humanista, no pudiendo ver más allá de esa visión. 

Así pues, dado el desconocimiento sobre el término, se habla de las otras dos concepciones que este presenta: la perteneciente a la antropología y la relacionada con el sector de actividades de ocio. 

Pero si existen diversas concepciones del término, ¿Cuál se trabaja y se emplea desde la animación sociocultural? (pregunta abierta, contestada en el apartado de reflexiones)

Reflexiones

El ejercicio realizado hoy para conocer más a cada miembro del grupo se basa principalmente en una de las herramientas más utilizadas en el Trabajo Social: la observación. 

¿Cuántas veces creemos que estamos observando pero en realidad sólo miramos? Prestar atención a las pequeñas cosas nos aporta información que puede ser relevante para nuestro día a día, ya sean investigaciones, proyectos o en nuestras relaciones sociales. 

Este ejercicio exigía observar a cada uno, estar atento a su forma de hablar, e incluso estar alerta por si en algún momento se producía la manía que había indicado en el globo. Sin embargo, todos estábamos aplicando esta herramienta sin saber realmente que lo hacíamos. 

La observación está presente en numerosos ámbitos de la vida cotidiana, sobretodo con las relaciones con los demás. Para el desarrollo de una cultura es necesaria una previa observación, tanto de actitudes, comportamientos así como del entorno en el que se realiza. Pero su importancia radica en las personas. 

La cultura es aquello que compartimos con el resto de seres humanos, las prácticas colectivas que se llevan a cabo en la vida social constituyen la cultura. En este punto hacemos referencia a la pregunta abierta que hemos realizado anteriormente. 

La animación sociocultural conjuga tanto la concepción de la antropología como la relacionada con el sector de actividades de ocio, ya que interesa la participación activa en las actividades culturales que den lugar a una reflexión sobre la realidad. Es entendida pues como una herramienta de reflexión y cambio. 

“Esta realidad nos sitúa ante el hecho de que la cultura y la vida social no pueden plantearse separadamente, que el hombre y el mundo no son dos entes que puedan clasificarse y cambiar aisladamente”.

Barrado