CAPITULO 6

04/10/2019


Durante el día de hoy se han realizado un conjunto de actividades lúdicas y dinámicas destinadas a trabajar tanto la sensibilidad como la dramatización de las personas.
Actividad 1
La sesión se ha iniciado con la actividad de pasar energía. Ésta consistía en lanzar energía a los compañeros mirándolos fijamente a los ojos y lanzando una palmada dirección a la persona receptora. 
Seguidamente se ha realizado una variación del ejercicio, pasando energía mediante términos como:
  • gia: lanzar energía al compañero de al lado mediante una palmada señalizada). 
  • frisbee: lanzar un frisbee imaginario tres veces mientras el resto de compañeros siguen con la mirada la trayectoria de dicho objeto.
  • gafis: saltar el turno del compañero que tienes al lado.
  • bonsai: crear una frase diciendo una palabra cada persona del grupo.
  • mondongo: imitar gestos que hace la persona que dice dicho término. 
Constituye una actividad muy rítmica y motivadora, lo que provoca que todos en la sala disfruten y rían conjuntamente. 
Actividad 2
En este ejercicio entra en juego el concepto de confianza, nombrado en anteriores sesiones. Todas las personas presentes en el aula comienzan a andar de forma tranquila, transmitiendo energía a cada paso. 
Mediante la formación de dos filas paralelas se constituyen parejas, las cuales están colocadas una enfrente de la otra. La actividad se divide en diferentes actores:
  1. Por un lado se encuentra la persona que ejecuta la acción principal. Se avanza hacia el compañero y se le pide permiso, sin vocalizar, para darle un abrazo. 
  2. Por otro lado se encuentra la persona que puede o no ser receptora de dicho abrazo, la cual no debe mostrar ningún tipo de afecto. Esta persona será la encargada de aceptarlo o rechazarlo. 
En un último momento la pareja se abraza mutuamente. 
El ejercicio se realiza por segunda vez pero en esta ocasión con una persona diferente. 
Actividad 3
Por último, hemos dado los primeros pasos para acercarnos al concepto del oprimido. La sesión se ha cerrado con la creación de un teatro “el teatro del oprimido”. 
Esta actividad consta de las siguientes fases:
  1. Nos juntamos con un compañero/a, a quien podemos decidir si contarle alguna situación personal en la que se refleje el concepto de opresión. 
  2. Se procede a la creación de grupos donde se ponen en común las diferentes vivencias, de las cuales debe elegirse la más oprimida y representarla más tarde. 
  3. Se representa la historia seleccionada de manera estática, permitiendo que los observadores opinen expresando tanto las partes positivas como las negativas de la opresión que se trata mediante el juego de ángel-demonio. Más tarde se da la opción de poder modificarla para eliminar la situación de opresión.
Dicha representación ha dejado escapar todos los sentimientos, tanto los reflejados en la representación como los contenidos por las personas que estaban de observadoras. 
Reflexiones
Las actividades del día de hoy se han orientado sobretodo, en la relación con el otro. Hemos trabajado tanto la confianza como la seguridad personal al tener que aproximarnos a otra persona y mantener contacto físico durante unos segundos. 
Por otro lado la representación de la escena de opresión permite exponer los sentimientos más personales, tanto los reflejados en la escena como los pertenecientes a cada persona observadora. 
Esta sesión ha sido conmovedora y especial puesto que dos de las tres actividades realizadas en el día de hoy son actuaciones que realizamos en nuestro día a día sin llegar en ocasiones a ser conscientes del trasfondo de las mismas. 
¿A cuántas personas deseamos abrazar y por miedo o inseguridad no lo hacemos? y en el caso contrario, ¿A cuántas personas les negamos esa proximidad hacia nosotros?.
Vivimos situaciones en las que nuestras actuaciones adquieren un papel relevante puesto que pueden suponer un cambio, tanto para otras personas como para nuestra concepción de las cosas. 

Entre las cualidades más esenciales en el espíritu humano está la confianza en uno mismo y el crear confianza en los demás”.
Mahatma Gandhi.

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